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Mostrando las entradas de abril, 2013

¿Es la nuestra una sociedad sana?, ¿sociedad amoral?

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¿Sociedad sana?, ¿sociedad amoral?      Uno de los parámetros de la salud de un pueblo se mide por la altura de miras de sus integrantes y el ejercicio de unos valores éticos compartidos. Gracias a los medios de comunicación de masas las noticias en prensa escrita, en radio en televisión y por dispositivos portátiles nos llueven a diario. La capacidad de asombro se ve , a menudo, colmada y sobrepasada con un exceso de datos, noticias e imágenes que pasamos a olvidar, para de nuevo, volver a beber de las fuentes citadas desde la mañana siguiente. París 1900 Imagen: Acrílico sobre lienzo “Parisino 2” www.perso.wanadoo.es Hace años leía en Interviú un editorial referente a una encuesta a pie de calle sobre una reciente violación ocurrida en una vía muy concurrida de la capital del Sena. Desde España la noticia de tan reprochable acto contra la “moral cristiana” primero y contra la libertad sexual de la mujer en segundo término parecía cosa de países

¿Porqué son los mayores objetivo de fraudes?

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El segmento de población que abarca la tercera edad y algunos adolescentes son el objetivo de ciertas campañas de “técnicas de mercado”. En estos momentos y tras los avances tecnológicos esta “voluntad de ayudar” al prójimo se hace patente en los medios digitales. Hace décadas eran los timos por correo comercial, luego esta actividad fraudulenta se trasladó a otro medio: el telefónico (supuestos premios o venta de enseres del hogar); desde hace años lo vemos en medios como el teletexto y últimamente en otros como los canales comerciales o los de tipo esotéricos y adivinatorios. Estoy hablando de las falsas promesas, la publicidad engañosa, los timos y estafas sobre productos de salud, de consumo ligados a la suerte, viajes, libros y un largo etcétera. Los motivos son en mi opinión dos:      Este grupo de población ve como su número se incrementa año tras año. La elevada esperanza de vida y la seguridad económica es el otro motivo.      Pasaron los tiempo